
Hoy se presenta la cuarta generación del Ford Focus, uno de los compactos más populares del mercado y que, tras 20 años comercializándose, ha dado lugar a más de un modelo mítico. Así que nosotros vamos a repasar cuáles son los mejores Ford Focus de la historia.
Y es que aunque parezca que nació ayer, dos décadas dan para mucho, para realizar cambios acertados y otros que no tanto, para crear máquinas que han hecho babear a todo amante de los coches, para experimentar con carrocerías algo peculiares e incluso para tener éxito en el mundo de la competición.
Ford Focus ST 170
Cuatro años después del lanzamiento del modelo, todavía en su primera generación, la marca del óvalo lanzó el ST 170, la versión más deportiva (por entonces) del compacto. Realzaba la característica silueta con un kit de carrocería además de con unas llantas de 17 pulgadas específicas. Pero no solo eso, montaba un bloque gasolina 2.0 de 173 CV, unas suspensiones más firmes que las versiones inferiores, frenos de mayor tamaño, una dirección precisa y un chasis que destacaba por su estabilidad.
Ford Focus RS (1ª generación)
No duró mucho siendo el tope de la gama, puesto que en el mismo 2002 entraron en juego las siglas RS. Evolucionaba el motor 2.0 con un turbo que le permitía llegar a los 212 CV de potencia, digeridos por la tracción delantera a través de un diferencial que mejoraba su precisión. Lucía el kit de carrocería ensanchado correspondiente, paragolpes específicos para mejorar la refrigeración y frenos y suspensión de mayor rendimiento.




Ford Focus ST (2ª generación)
El salto estético que dio el Focus con su segunda generación le sentó todavía mejor al ST, que era puro músculo, con unos pasos de rueda perfectamente definidos. Además mejoraba incluso al RS original en prestaciones: su motor 2.5 desarrollaba 225 CV y le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Tampoco faltaban los ajustes correspondientes para mejorar su manejo respecto a las variantes base.




Ford Focus RS 500
El RS “caja dos” ya fue de por sí una mala bestia, pero el 500, llamado así porque se trató de una serie limitada a solo medio millar de ejemplares, le dio una vuelta de tuerca extra. Era agresivo a más no poder, lucía un acabado negro mate para carrocería y llantas, y su motor 2.5 era un 15% más potente que el RS normal, llegando a 350 CV y 460 Nm de par. Devoraba el 0-100 en 5,6 segundos y llegaba hasta los 263 km/h de punta.




Ford Focus Coupé-Cabriolet
Posiblemente el Focus más peculiar, puesto que es el único descapotable (y encima con techo duro) de la historia del modelo. Como en todos los casos de este tipo de vehículos, pesaba más que los de carrocería cerrada y la operación de apertura o cierre solo se podía llevar a cabo con el coche parado, pero era un pequeño precio a pagar por ir con la melena al aire.




Ford Focus WRC
Fue el remplazo del Escort y estuvo en competición desde 1999 a 2010 a través de diversas generaciones y mejoras. De entre todos los que participaron el mundial de rallys nos quedamos con el que condujo Carlos Sainz y también con los que compitieron en 2006 y 2007, temporadas en las que el equipo oficial de Ford se hizo con el título de constructores.




Ford Focus RS (2016)
De entre los mejores Ford Focus de la historia, sin duda alguna el auténtico rey. El culmen de la tercera generación, cuenta con un motor 2.3 EcoBoost de 320 CV que gestiona una caja de cambios manual de seis relaciones para mandarlo a la, por primera vez, tracción integral a las cuatro ruedas. La bestia perfeccionada con un manejo todavía mejor.




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